En un café se vieron por casualidad cansados en el alma de tanto andar. Ella tenía un clavel, en la mano.
El se acerco, le pregunto si andaba bien, llegaba a la ventana en puntas de pie y la llevo a caminar por corrientes.
Miren todos, ellos solos, pueden más que el amor y son más fuertes que el Olimpo.
Se escondieron en el centro y en el baño de un bar sellaron todo todo con un beso.
Durante un mes vendieron rosas en la paz (presiento que no importaba nada mas) y entre los dos juntaban algo.
No sé porque pero jamás los volví a ver el carga con once y ella con seis…