Lo tuyo fue la intermitencia y la melancolía,
lo mío fue aceptarlo todo porque te quería.
Verte llegar fue luz, verte partir un blues.
Fuiste tú,
de más está decir que sobra decir tantas cosas,
o aprendes a querer la espina o no aceptes rosas.
Jamás te dije una mentira o te inventé un chantaje,
las nubes grises también forman parte de paisaje.
Y no me veas así, si hubo un culpable aquí…
Fuiste tú.
Que fácil fue tocar el cielo la primera vez,
cuando los besos fueron el motor de arranque,
que encendió la luz que hoy se desaparece.
Así se disfraza el amor para su conveniencia,
aceptando todo sin hacer preguntas,
y dejando al tiempo la estocada a muerte.
Nada más que decir,
sólo queda insistir…