Hoy no hay metáforas, voy a ser sincero, las cosas no me están saliendo como quiero. Es una tarde en la que siento que una fiesta seria dormir treinta y cinco años la siesta. De vez en cuando caigo en estos agujeros. Pide licencia el humor que siempre tengo. Soy mil de azúcar para una sola de sal. Tengo derecho yo a sentirme un día mal. No hay luz en casa pero con la vela alcanza para alumbrarme la amargura, dos o tres puntos de sutura. Y en un revés a mi destino, un día de estos yo me animo. Me voy a ir a vivir a la montaña, donde todo es poco, pero igual alcanza.
Me voy a ir a vivir a la montaña, y que me despierte el sol a la mañana.
Me voy a ir a vivir a la montaña, y que me despierte el sol a la mañana.